6 de septiembre de 2009

OTRA VEZ CARROS DE FOC

Bueno, ya dice el refran que no hay dos sin tres. Pues bueno, por tercer año consecutivo me animé a participar en la skyruner de carros de foc del pasado fin de semana, todo y que mi estado de forma no era el mismo que el año pasado, donde pude terminar en 13 h. 55'. Aún así, ya había pasado el tiempo suficiente para olvidar el sufrimiento y la dureza de la prueba, y como suele ocurrir, ya solo recordaba lo bonito y espectacular de los paisajes del Parque Nacional de Aigües Tortes.

Este año quería salir con el objetivo claro de terminar, con el tiempo que fuera. Sabía de sobras que superar mi anterior marca era dificil ya que no había entrenado tanta montaña como en la ocasión anterior. 60 km. 9000 mts. de desnivel... uf! solo pensarlo ya me canso.

Mi salida, a diferencia del 2008 que la hice desde Colomers, fue de la Restanca, donde había llegado la noche anterior a las 22:00 h. y ya a las 4:00 de la mañana me puse en pie, para salir a las 5:00 h. Mis compañeros de habitación ya se habían ido cuando yo desperté.

La noche era fresca y sobre todo húmeda, ya que una niebla espesa cubría todo la subida hasta el primer collado, aunque luego, bajando hacia el Ventosa se disipó y dejó ver una noche de lo más estrellada que puedas imaginar. Ya subiendo al Contraix amaneció y la noche dió paso a un día espectacular, despejado, con sol pero no mucho calor, ideal para el palizón que se acercaba.

Los kilómetros transcurrian por los bonitos caminos del parque, y el ambiente erá genial, corredores empeñados en superarse a si mismo por todos sitios, algunos te adelantaban, otros los pasabas tú, algunos venían en dirección contraria, pero a todos se les podía ver un semblante de ilusión, concentrados en el esfuerzo para regular las fuerzas al máximo.

Yo intente regularme hasta llegar al Blanc, donde podría determinar mejor el nivel de intensidad al que debía correr para llegar sin desfallecer. Ahí había que decidir si ir por la pista hacia el Mallafré o bien, subir el Monestero. La mayoría de los corredores van por la pista ya que es bastante plana y permite correr bastante, a mi, me gusta más el puerto ya que me considero más montañero que corredor. Así que así lo hice, fiel a mis características, subí el puerto casi en solitario y luego baje casi todo el rato trotando. Tardé 1 h. 40' y coincidí con corredores que habían estado conmigo en el Blanc y que había ido por la pista, así que no perdí mucho tiempo.
Una vez en Mallafré, ya puedes ver que tal vas de fuerzas, me vi bien, así que comencé a apretar un poco el ritmo y los siguientes kilómetros hasta Amitges y Saboredo se me hicieron llevaderos, incluso hasta Colomers. Ahí descanse un poco ya que el último puerto se podía hacer largo si no recuperaba un poco. Me lo tomé con tranquilidad ya que ahora podía ver con total claridad que llegaría. Nunca puedes relajarte hasta el final y dar por sentado el éxito, pues nunca se sabe, pero tenía bastantes puntos de lograrlo. Poco después me encontraba bajando hacia la Restanca, con fuerzas todavía para trotar lo cual me provocaba unas buenas sensaciones que me hicieron disfrutar mucho más la llegada.

15 horas y 18 minutos después de mi salida, llegaba al refugio de la Restanca, con más tiempo que el año anterior, pero con una sonrisa de satisfacción más grande, llegué.


Si lo pienso ahora, el año que viene digo que no volveré, pero quién sabe, la mente olvida pronto el sufrimiento y el dolor de estas historias y te quedas con las sensaciones agradables y el momento dulce de la llegada, aquel bello instante en el que piensas "lo conseguí" y sientes un hormigueo en el cuerpo que te pone la piel de gallina... seguramente el año que viene hecharé de menos esas sensaciones y, quién sabe, otra vez me liaré.


Kike

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